Notas en blanco y negro
✒Perfil
El perfil de una joven mezzosoprano para quien la música no se define, simplemente se siente y se transmite.
Contrario a lo que se piensa sobre los cantantes con trayectoria, que son personas que al subir a un escenario se les olvida los nervios, y que su manejo del cuerpo ante las cámaras es un acto que no admite errores, Laura, quien vestía prendas azules como el cielo, parecía más humana y real que aquello que yo había visto en televisión cuando veía artistas y músicos.
Muy lentamente se acercó a nuestro sitio de encuentro para lo que sería no sólo una entrevista, sino el inicio de una buena conversación. La saludé extendiéndole mi mano para provocar un apretón en la suya, y en respuesta a mi gesto de confianza, una sonrisa tímida, que luego sería acompañada del movimiento de sus labios, pronunciando un hola, fue la receta perfecta para pronunciar nuestras primeras palabras.
Nos sentamos después del cordial saludo y sin dejar que el silencio nos invadiera le pregunté distintas cosas. A pesar de no ser grandes amigos, muy pronto entré en confianza y le pregunté sobre su vida en la universidad, también hablamos de la pasión que tiene por la música y me dejó muy en claro que la música y ella son una.
_ ¿Quién es Laura Bustos? Le pregunté, y francamente pensé que mi pregunta era absurda, pero su respuesta me dio seguridad.
_ “Bueno, Laura Bustos es una mujer guerrera, luchadora y que cada día quiere superarse en todo lo que se propone”.
Puse atención a cada palabra que decía, supuse que si le preguntaba algo más profundo sobre aspectos de su infancia, posiblemente podría darme más información acerca de ella. Sin pensarlo dos veces le pregunté.
¿De quién heredó esa cualidad de mujer guerrera?
Ella, sin vacilar me respondió _ “De mi mamá, yo creo. Porque hemos tenido muchas cosas que superar y yo pienso que ha sido mi mejor ejemplo en la vida.
Su respuesta todavía seguía inquietándome, entonces me pregunté ¿Qué cosas han tenido que superar?
Ella, amablemente y fuera de grabación, me confesó que su mamá es una mujer católica y devota de la virgen. Cuando a Laura con tan sólo nueve años le diagnosticaron glaucoma por presión ocular alta, y los médicos advirtieron a su familia que podía perder la vista. Doña Costanza Parra quien es la madre de Laura, decidió viajar con su familia a Ambalema, municipio del departamento del Tolima. Según lo que me contaba Laura, allí está la virgen de Santa Lucia, conocida como la protectora de las personas con problemas oculares y quien ha hecho milagros por aquellos devotos que piden sanación.
Le pregunté a Laura si ella y su familia practicaban alguna religión, la miré a los ojos fijamente y contemplé un brillo en aquella mirada tras esos lentes. Me confesó entonces que antes no creía en milagros, pero que desde su visita a Ambalema, empezaron sus controles médicos cada seis meses y ahora con diecinueve años se siente estupenda. También me confesó que el poder entrevistarla en ese momento ya era un milagro, puesto que su familia vivió en carne propia el terremoto de Armenia y precisamente por este motivo dejaron su ciudad para venir a Ibagué.
Cuando me confesó todo eso, mis manos se paralizaron y por poco detengo la grabación. Recordé por un momento mi labor como periodista, pero ¿qué debía hacer o decir? Fue uno de los momentos más difíciles dentro de mis ejercicios periodisticos. Debía tratar de seguir y no involucrarme personalmente con las ganas de llorar que sentía en ese momento. Por coincidencia del destino, yo tambien había nacido en la ciudad de Armenia y mis padres verdaderos a quienes no conocí en persona, fallecieron en ese desastre.
Tomé aire sin que ella se diera cuenta de mi reacción y seguí la entrevista.
¿Recuerda alguna anécdota de su primer contacto con la música?
Terminé de hacer mi pregunta y ella respondió con mucha pasión, con fuerza en su voz, y mirándome fijamente a los ojos.
_ “cuando subí por primera vez a un escenario nacional. Tenía ocho años. Fue en Armenia Quindío, la ciudad donde nací, en el Festival Nacional de Música Colombiana ‘Cuyabrito de oro’. Fue algo muy impactante porque nunca había estado en un escenario, nunca me imaginé llegar a estarlo porque era demasiado penosa. Fue mi primera vez, mi primer intento y jamás pensé que iba a llegar a la final, Obtuve el segundo puesto. Desde ese momento supe que quería hacer en la vida y que era lo que nunca iba a dejar de hacer.
"no tengo palabras para explicar todo lo que un día yo soñé, no sé si sólo te tengo en mi realidad o sólo es un sueño y nada más"
_ ¿Cómo la música le ha ayudado a enfrentar esos problemas que usted me acaba de contar?
"cuando subí por primera vez a un escenario nacional. Tenía ocho años. Fue en Armenia Quindío, la ciudad donde nací, en el Festival Nacional de Música Colombiana ‘Cuyabrito de oro’."
Por: Diego Castillo, Estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué