Rodrigo Galicia, nacido y criado en la ciudad de Ibagué, a sus 56 años no es el típico harlista que va en su moto día y noche con su chaqueta de cuero, botas y casco. Es un hombre trabajador, unido a su familia, que día a día busca la forma de salir adelante. Siendo adolescente aprendió mecánica y se dedicó a trabajar con vehículos de carga pesada, labores a las que se dedica actualmente. A él la potencia y estruendoso sonido de su Harley le genera tranquilidad, conexión consigo mismo, porque ser harlista es un estilo de vida, uno que ha seguido desde muy temprana edad.

Siempre se mantuvo sobre ruedas, fue ciclista de liga y compitió en distintos eventos, hasta que un día se enamoró por completo de su primera moto, llevándolo a intercambiar su bicicleta de competencia para obtener su primera máquina de motor. Desde ese momento Rodrigo ha dedicado su vida a mantener sus motos como si fuesen parte de él, al igual que la estética que representa a un auténtico fan de Harley Davidson. No se trata simplemente de una moto lujosa, sino de un modo de vivir que se filtra hasta en su personalidad. Incluso tiene su sello en la comunidad, una máscara de Blue Demon que le caracteriza y distingue en los eventos. El ser harlista y pertenecer a un grupo como lo es el 'Club Pijao', un espacio de hermandad, lo hacen sentir en plenitud y para él son como su propia familia.

Realizado por: Isabella Ayala y Alejandra Valera, estudiantes del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué.