Superhéroe en Ibagué
Por: Juanita Delgado.
Aladier es hijo único por parte de su madre. Pero es el último de los cinco hijos que engendro su padre, tres hombres y dos mujeres. Aladier nunca lo conoció. Su padre biológico era policía y falleció un 21 de abril y él nació un 3 de mayo.
Estoy sentada en una silla que parece una máquina de video juegos y justo debajo de él. Él que al parecer me quiere dar una porción de pizza. ¿Por qué se esconde detrás de esa máscara y ese traje, que no solo cubren su rostro sino que también el resto de su cuerpo? ¿Quién podrá ser? y, ¿qué hace ahí? ¿Acaso es Halloween? ¡Noooo!. Es imposible. Recuerdo bien la fecha. Hoy es 18 de mayo. Entonces, ¿quién es él?
Al salir de allí. De ese cuarto lleno de héroes y villanos me doy cuenta de que todo es una fantasía. Fantasía que Aladier Quintero, de 39 años, vive y refleja en su local WTF tienda de ropa, ubicado en el Centro Comercial La Estación.
-¿Qué tenía Ibagué? No tenía una tienda diferente. Donde los niños pudieran llegar, mirar y que les llamara la atención. Los adultos también porque ¿quién no se vio una película de superhéroes? ¿Quién no quiso ser un superhéroe cuando chiquito? ¡Todos!.
Tienda que aparece, como de película, el 8 de octubre de 2016 en la ciudad de Ibagué. Yo nunca pensé que iba a trabajar con este cuento. Yo dije: si puedo cine, televisión y video que era lo que me gustaba. Pero en ese tiempo ni plata y no se veía proyectado que diera billete. Entonces era muy difícil. Y dije: Camellar. Ya después de camellar a uno le da pereza estudiar. Uno coge plata y le da mamera.
-Yo salí del colegio. Me gustaba el roncito. Me gustaba el metal. El parcharme en la esquina con los amigos. Vagué seis meses. Y dije ¡¡noooo¡¡ hacer pereza y sin un peso no aguanta. Entonces mi papá trabajaba acá en la Tercera como vigilante y conoció a doña Patricia dueña de CP Company y mi mamá habló con ella. Así fue como me engancharon. Y me llamaron un día, sin saber nada de esto.
El primer intento de tener su negocio de forma independiente fue montando una licorera sin dejar a un lado su trabajo en Tenis.
-Había montado una licorera, un estanco. La gracia era tener platica de dónde coger. Pero ese trasnoche es muy duro, porque usted al otro día tenía que venir a camellar y eso no aguanta. – Lo dice muy serio. Pero al hablar de la llegada de su primera hija cambia su semblante.
- Me sirvió haber trabajado en Tenis porque yo entré en un junio y al mes mi novia estaba embarazada. – Se ríe y prosigue – las cosas se dieron por algo. Ya estando en Tenis estaba un poco más organizado. Estaba completa la empresa. Y mi pensamiento siempre era no solo estar como empleado sino tener algo de donde arañar… por eso montamos la licorera.
- Vendí la licorera y arranque con un almacén en el Pasaje Real. La ropa que vendíamos allá era más dama. Durante tres años nos fue bien. Pero las ventas se pusieron duras. Y llegó la muerte de mi papá. Todo se juntó y duro, duro. Estaba aburrido. Y dije: ¿qué vamos a hacer? Despabilé, porque el duelo es complicado. Pero tocaba seguir porque teníamos una responsabilidad bien grande. No solo era mi esposa y mi hija sino que justamente cuando nos íbamos a ir a vivir juntos le había dicho a la abuela que estaba en el pueblo que se viniera para acá que yo le colaboraba con toda la alimentación. Entonces yo no le podía decir ¡no! abuela quédese ahí que ya no puedo responder ¡nooo! tocaba hacerle porque qué le iba a dar la espalda a la cucha.
Aladier es hijo único por parte de su madre. Pero es el último de los cinco hijos que engendro su padre, tres hombres y dos mujeres. Aladier nunca lo conoció. Su padre biológico era policía y falleció un 21 de abril y él nació un 3 de mayo. A sus 9 años su madre y padre adoptivo se sentaron con él en Mariquita, de donde es natural, y le contaron la verdad.
-Me dicen: bueno papito, tenemos que hablar con usted. Lo que pasa es que su papito no es su papito. Y yo ¿cómo así? – sí, su papito ya murió hace años.
- Ah bueno mamá. Igual yo quiero a mi papá porque es mi papá. Haciendo referencia a su padre adoptivo. Eso es bueno cuando le cuentan a uno desde pequeñito y no se entera por boca de los demás.
Hasta ahora relataba su historia mirando hacia el horizonte. Se cogía la barba una y otra vez. Pocas veces me miraba. Esta vez… se queda pensativo, voltea a verme y comenta -Desafortunadamente la muerte de mi papá fue un golpe muy duro. Y estaban las ventas duras. Estaba muy triste. Yo decía que la vida no valía ni miércoles. Lo amo mucho porque él fue el que me crio.
Se queda en silencio por un momento. Mira hacia el horizonte y retoma -Mi hija la chiquita no alcanzó a conocer a mi papá. Gran embarrada porque hubiera sido un excelente abuelo. Y no está acá. Agacha la cabeza. Esta vez, el silencio toma más tiempo.
El concepto Retro-Urbano lo contienen tanto la tienda WTF ubicada en el Centro Comercial La Estación como T-Shirts en el Centro Comercial Combeima. Que en sí son la misma tienda. Con algunas diferencias:
-En la Estación en las mañanas es más solo. Mientras que yo abro acá -refiriéndose al Centro Comercial Combeima- de diez a doce y vendo. Mi esposa me colabora en La Estación. Ella va los sábados por la tarde a colaborarle a Robert porque llega más gente. Y el domingo por la mañana.
Entre semana la gente le gusta ir a comerse el heladito a vitrinear. Y los fines de semana suben las ventas porque la gente llega de otros lados y le gusta ir a comprar allá. Allá se abre todo el día. Uno no abre los festivos en el Combeima porque es solo. En cambio, allá si se abre.
-Hace comparaciones de la clientela de un lugar y otro. -El cliente del Centro Comercial Combeima se acostumbra a pedir rebaja. Paga en efectivo. Mientras que en La Estación se paga con tarjeta y acepta el precio.
Tiene figuras de acción. Ellas lo acompañan en el local del Combeima. Se confunden con todos los artículos a la venta. Muchos de ellos se los han regalado de cumpleaños su madre, esposa y amigos.
-Es un asuma de recuerdos. Me acuerdo del televisor que tocaba ir a cambiarlo. El teléfono. Ese tiempo es muy bacano. No sé. Entonces no es solo superhéroes. ¡No! Unas cosas clásicas de los ochenta, noventas, que a uno le traen recuerdos.
-¿Qué recuerdos le traen todas estas cosas? Refiriéndome a las cosas que no están a la venta pero que lo acompañan en la tienda T-Shirts.
-¡Noo! Que estaba chino. Que ese era el mejor tiempo. Usted no se preocupaba por nada. Que yo era el control remoto del televisor: Vaya mijo cámbieme el canal. Con los televisores de perilla. Vaya mueva la antena. Esas cositas son bacanas. Y eso no va a volver. Esos tiempos eran muy chéveres. Todo era más sano. Se divertía bacano. Me acuerdo del colegio. El mejor tiempo fue el del colegio: Del paseo de once. Cuando, bueno mijo: ¿quiere anillo de grado o quiere el paseo a la costa? Nooo mamá el paseo, ¿un anillo para qué? Lo más bacano que le queda a uno es cuando usted ha disfrutado, el recuerdo. A mí no me traen malos recuerdos. Porque o si no yo no montaría nada de estas cosas.
Esa pasión por los comics, por los superhéroes también la deja en evidencia con su apariencia. Con un tatuaje en su pierna derecha con el escudo de Batman y dentro de él, el rostro del Guasón. En su oído izquierdo, un arete con forma de Batman de color negro. Sus tenis tienen estampado también a Batman. El marco de sus gafas es de color naranja, en un punto se va desvaneciendo dándole paso al negro. Ellas hacen juego con su gorra. Que tiene las letras “FU” y debajo de estas “CK”.
¿Qué quieren decir las iniciales? Me sonrió. Y con una voz baja me contestó: Jódete. Y soltó la carcajada.
-A mí me gusta mucho lo que es el Guasón y Batman. Me identifico con esa vaina.
-¿Por qué?
-Porque el Guasón es el villano más áspero. Y Batman es el superhéroe que más me gusta. Porque el man no tiene los superpoderes. Si tiene plata. Pero se crió a punta de ser una persona común y corriente. Una persona como sombría. La cuestión es que gracias al billete pudo conseguir todo lo que tiene. Usted dice: con tanto billete no le importa los demás. Hace el bien con tanto billete.
Cuando estaba chiquito yo me veía la serie. A mí eso me parecía muy bacano. En ese tiempo el televisor a blanco y negro y daban las serie cuando salía el “pop” esto y lo otro, los villanos y la canción. Me parece bacano. Por ejemplo yo tengo el rington de la serie.-Y me explica- yo sé cuándo me llaman de la tienda sin sacar el celular del bolsillo.
Ser un superhéroe es bacano. ¿Quién no soñó cuando chiquito con los poderes? Y sonríe.
Si su héroe favorito es Batman, ¿cuál es el guasón en su vida?
-Las deudas. Y soltó la carcajada.
Retomando de nuevo el tema de su estética…
-Hay una gran diferencia. Uno cuando está viejo sabe lo que quiere. A mí me critican mucho los tatuajes, el que ande en bermuda y camibuso. Pero yo que voy a atender este negocio encorbatado y ensacado. Yo me siento tranquilo así. Me siento relajado.
Hay otros elementos de su físico que delatan el otro lado de este personaje, el recuerdo de quien fue su padre lo tiene plasmado donde en el antebrazo derecho en forma de cruz con dos alas, y el nombre José. En la mano izquierda cubriendo todo su antebrazo está Jesús o como él lo llama: Pocho. Con su rostro caído y su brazo izquierdo crucificado termina siendo la mano de Aladier. En sus muñecas está el nombre de sus dos hijas: Mariana y Gabriela.
-Me faltan tres textos más en mi cuerpo. Los necesito.
-¿Cuáles?
-La familia es lo primero. Caído pero no vencido. Y la última: Nunca desfallecer.
Pienso que la esencia de esas tres frases ya está tatuada en su negocio, en la puerta de la bodega se lee: "Piensa, cree, sueña y Atrévete. Lo lograrás".
-Hablar de la tienda me parece bacano. Lo importante es hacer lo que a uno le gusta.
Y trae a colación la anécdota de la silla: -Por ejemplo, esa silla yo la diseñé. Le dije al cuñado: yo quiero una silla así y asá. Y él que no trabaja en esto, pero me lleva la idea, la hizo realidad. Es una silla sencilla. Solo que en el espaldar se le puso un pantallazo de video juego. El asiento parece los controles del juego. Y todo eso llama la atención.
Lo noto más expresivo. Me habla con los ojos más inquietos. Sonríe. Sube su tono de voz.
A mí me gusta acomodar todas esas cositas para que la gente cuando entre diga: ¡Qué bacano! ¡Mire esta silla, mire este muñeco! Que los niños se emocionen. Es bacano. Entonces la idea es que toda la familia se siente a gusto cuando entre a la tienda. Se identifique y le traiga recuerdos.
Todo influye: Yo monto la USB con música de los ochentas y noventas. Entra el cliente y empieza a cantar y dice: ¡Ah qué chévere esto y lo otro! Prende uno la máquina, se acuerda y se ponen a jugar mientras el pelao escoge. O los dos se ponen a jugar.
-Hago lo que quiero. Eso es lo más importante. -Me lo dice muy convencido, en este momento su rostro está más sonriente-.
El ambiente es muy tranquilo. Me siento como si fuera de nuevo niña. Aquella niña que no sabe a dónde mirar. Si estuviera allí porque mis padres me fueran a comprar algo, no sabría qué escoger. Lo querría todo. Quisiera todos los superhéroes.
Es difícil contar y que le crean que se puede soñar con ser otro mientras se está en La Estación. Eso es lo que logra Aladier con su tienda. Como todo héroe que quiere ayudar.
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Realizado por: Juanita Delgado. Estudiante Programa Comunicación Social y Periodismo. Universidad de Ibagué.
Fotografía: Nicolas Torres.