Música, baile y sangre, la historia del festival
Hablar del Festival Folclórico Colombiano es entrar a un terreno de canciones, bailes, desfiles y millones de momentos que compartir con amigos y familia. Es en estas fechas donde llegan a visitarnos de otras ciudades, se siente el calor intenso del cielo despejado de junio, y cualquier lugar es perfecto para refrescarse con una cerveza.
✒Reseña
Para saber más de este hermoso evento me dirijo a la Casa Museo Corporación Festival Folclórico Colombiano, la cual queda situada en el barrio La Pola, uno de los barrios tradicionales de la ciudad, al llegar allí noto la imagen que rodea la parte superior de la fachada, la cual es una recopilación de diferentes fotografías donde aparecen bailarines. Sus paredes amarillas, puertas y ventanas blancas resaltan en la cuadra. Al entrar las máscaras, disfraces, personajes de cuento disfrazados de bailarines me dan la bienvenida.
De inmediato Betty García, directora del Festival me acoge y dialoga conmigo acerca de la historia, menciona cómo en plena guerra bipartidista, Ibagué y el Tolima vivían un ambiente de sangre y dolor, los medios se hacían presentes para mostrar lo peor y dejar por el suelo la imagen de la ciudad, cómo la sociedad estaba fracturada y su gente herida.
Es en junio de 1959 cuando “un grupo de personas cívicas interesadas por la ciudad, hablaron y realizaron un acuerdo con el Concejo municipal, en el cual se definía la realización de una semana cultural”, una delegación de personas viajan a Bogotá acompañados de Darío Echandía, Adriano Tribin, Aida Saavedra de García y Amina Meléndez de Pulecio, para hablar con el Presidente Alberto Lleras Camargo, y exponerle la idea de realizar un festival en donde se mostrara que el Tolima no era lo que los medios decían, sino que, por el contrario, este era un departamento que amaba la cultura y la música.
Es así como se comienzan a sanar las heridas, se ve un avance en la ciudad, le da un respiro a la sociedad y se presenta una mejor imagen al resto del país. Salen a las calles miles de personas a observar las cabalgatas, los coloridos desfiles, canciones alusivas a los encantos de las mujeres, al desamor y a lo bello de nuestro país, así se celebraron los primeros tres festivales. “Fue un despertar de la ciudad, un deseo de mostrarse, que todos nos sintiéramos hermanos”.
Al recorrer la Casa Museo del festival percibo un lugar que guarda en sus paredes toda la historia del festival, allí se encuentran fotografías de las reinas coronadas en cada versión del festival, los diferentes reconocimientos a los que ha tenido lugar el festival y al otro lado de la sala firmemente puesto se encuentra la foto del fundador del festival y de quienes hicieron parte del Concejo en aquella época.
Tras la suspensión por algunos años del festival, quizás por aspectos organizativos, comparte la directora que es en 1983, cuando un grupo de personas interesadas en recuperar esta tradición, se dirigen a hablar con el Gobernador, y a partir de ahí se forja la idea de festival como evento nacional.
Anualmente Ibagué abre sus puertas con el Festival Folclórico a reinas, artistas, bailarines y turistas de diferentes partes del país y del mundo que vienen a disfrutar de uno de los festivales más importantes de Colombia.
Redacción y fotografía: Lina Guevara. Estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué.