Juan Camilo Cárdenas, un caleño ibaguereño
Por: Mariana Libertad Gallo, estudiante de Introducción a los medios de comunicación
“La resiliencia es una palabra que llevo todo el tiempo en mi mente, es para nunca rendirse a pesar de las dificultades y así se llega muy lejos en la vida”, mencionó con una mirada profunda y llena de reflexión.
Esta palabra ha definido y acompañado el proceso de crecimiento de Juan Camilo Cárdenas desde sus cuatro años, tras la separación de sus padres. Nació el 1 de febrero de 2004 en la ciudad de Cali, Valle del Cauca, conocida por la rumba y la salsa. Es sabido que en todo caleño la salsa fluye por sus venas. A pesar que Juan vivió sus primeros 10 años en esta ciudad antes de mudarse a Ibagué, no está exento del swing de la salsa en sus pasos. Sin embargo, él mismo admite: "Me defiendo, sí, pero no perfecto".
Es afamado por su primer nombre, Juan. Él es de piel blanca, tiene una mirada seria casi siempre con el ceño fruncido y sus cabellos cortos contrastan con el color café de su mirada. Es alto, posee un cuerpo atlético y a su vez robusto. En su rutina diaria tiene muy presente el ejercicio y el deporte; usualmente, en la noche aprovecha para ir al gimnasio o jugar al fútbol.
Se caracteriza por ser una persona amable, generosa, humilde, empática y dispuesta a ayudar siempre a los demás, en especial a su familia. Es estudiante de Comunicación social y periodismo de primer semestre en la Universidad de Ibagué del presente año y ha dejado claro manejar un equilibrio en su vida académica como en sus aspiraciones y hobbies personales.
Pero, ¿quién es Juan Camilo?
- Es bastante divertido, chistoso, muy buena gente, pero en el fondo porque cuando uno recién lo está conociendo, suele ser muy serio y seco. Pero cuando lo conoces bien, es muy espontáneo y divertido. Le gusta salir con sus amigos y está muy comprometido con la carrera – dice Sofia Ruiz, compañera de la universidad, de manera risueña
- Es un hombre muy serio, es muy impulsivo, a veces tiene un temperamento fuerte, pero es buena persona. El tiempo que lo llevo conociendo es agradable, es buen compañero, me ha escuchado y es un hombre de buen corazón – menciona Ariana Guarnizo, amiga de Juan, con un tono de asombro.
- Camilo es muy inteligente, muy serio, muy vanidoso y tiene talento para escribir comenta desde su perspectiva externa Natalia Cubides, docente de Juan Camilo.
Juan vive en el Vergel, un prestigioso sector de la ciudad de Ibagué. A sus 20 años vive solo en compañía de su gato, llamado Persi. Aunque no está tan solo, pues cerca de su casa vive su abuela, su tía y sus primos. Los padres de Juan viven en países distintos. Su padre, también caleño como él, reside en Canadá y es químico y bioquímico egresado de la Universidad del Valle. Su madre, oriunda de Ocaña (Norte de Santander), vive en Estados Unidos y se desempeña como instrumentadora quirúrgica, egresada de la Universidad de Santander.
- ¿Cómo es la relación con tu familia? Con un cambio de expresión en su rostro, de quietud a una seriedad profunda, dio el inicio de su respuesta de manera reservada pero directa: “Perfecta en todos los aspectos, con mi mamá, con mi papá, con mi familia de parte de mamá, de papá, todo es perfecto. No tengo inconveniente con ninguno”, agrega.
Por otra parte, él habla tres idiomas: el español, que es su idioma nativo; el inglés, en un nivel avanzado de B2 certificado por IELTS; y tiene bases de francés, ya que en el 2020 fue una etapa de aprendizaje nueva para él al tratar de adquirir esta lengua romance. Cabe recalcar que es un hombre lleno de fe, pero en Dios y no en una religión ni iglesia. Con mucha seguridad y certeza en su voz y en la expresión de sus manos, Juan afirma: “Creo en Dios, pero no en la iglesia. Soy una persona creyente de todo lo que dice la Biblia. Sin embargo, no creo en la iglesia católica, en la iglesia cristiana, ni en ninguna otra”.
Además, su personalidad alberga muchos valores y cualidades especiales que ha obtenido gracias a su familia, la cual le ha dado grandes ejemplos de vida para su desarrollo personal. A raíz de ello prefiere evitar estar con personas clasistas, que se creen superiores a los demás. Juan no se encuentra sentimentalmente ligado a una relación amorosa, pero sí a una preferencia por los colores básicos como el negro y el blanco. Así mismo es amante del “reguetón, el rock en inglés, la música colombiana, el vallenato y otros géneros, a excepción de la música popular”, manifiesta Juan con emoción y un brillo en sus ojos los distintos géneros musicales.
En medio de un diálogo entablado con Juan quise conocer un poco de sus ideales y experiencias.
- ¿Qué es felicidad? En seguida con una risa nerviosa e incomodidad por la pregunta tan inusual, opina con un aire cargado de significado: “Creo que es un estado de ánimo que para mí debe ser constante, no repentino y no a corto plazo sino a largo plazo, en el que pueda sentirme bien conmigo mismo y con los demás. Aunque es un sentimiento difícil de hallar, si uno lo busca y no se rinde, lo encuentra, por eso lo relaciono mucho con la resiliencia”.
- ¿Puedes definir a alguien o algo como felicidad? Con un gesto de agrado y sin pensarlo dos veces dice: “Mi familia. Mi mamá, mi papá, mi abuela y mi tía son las personas más importantes de mi vida…eso para mí es felicidad.”
- ¿Cuáles son sus aspiraciones? Desviando la mirada hacia la distancia expresa: “De pronto ir a otro país, vivir allí, trabajar en lo que más me gusta que es la comunicación y cumplir todas las metas que encuentre en ese camino”
Para sus amigos más cercanos, lo que más les fascina de la vida de Juan es su admirable capacidad para afrontar la situación de vivir solo, sin sus padres. Muchos de ellos consideran que sería muy difícil para ellos mismos lidiar con este tipo de situación de la manera tan positiva en que lo hace Juan.
Sin duda, la resiliencia es una palabra que no solo ha estado presente en varias etapas de la vida de Juan Camilo, sino que lo define y forma parte de su esencia. Gracias a su experiencia personal, he comprendido una vez más que las situaciones no deben determinar ni marcar nuestro futuro, sino que, por el contrario, nos deben formar para crecer y ser más maduros en nuestras decisiones.
Por eso, Juan no solo es un joven colombiano soñador, sino también un surfista de la vida que puede llegar a inspirar a muchos con su trayectoria y trascendencia.
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