Un Guerrero Pijao activa las noches ibaguereñas
Por: Jonathan Hernández Parra.
Al hablar de la vida nocturna de Ibagué, resulta poco probable que el deporte sea el primer tema que se nos cruce por la mente. Existe un grupo de niños que utilizan las noches ibaguereñas para dedicarse a su creciente pasión, la práctica
de un deporte con el que quizás pocas personas encuentren relación, el hapkido.
Guerrero Pijao, es el nombre de la escuela dedicada a la enseñanza de este arte marcial, en la que niños desde los 4 años, pueden iniciarse en ésta actividad deportiva.
Camilo Serrano, cinturón negro en dicha modalidad, es el instructor encargado de dirigir éste proyecto. Hace énfasis en que la creación de su escuela, no tiene como meta la recreación, sino que trasciende y se sitúa en el campo de la competitividad deportiva.
El 25 de agosto del 2017, los alumnos de hapkido de la escuela Guerrero Pijao, se reunieron en una de las plazoletas del Museo Panóptico de Ibagué, con la intención de llevar a cabo diferentes combates de fogueo, en los que mostraron sus destrezas deportivas a un público diverso. El evento de exhibición, sirvió como antesala al primer campeonato de hapkido Triángulo de Águila, desarrollado los días 16 y 17 de septiembre en esta ciudad, y que dejó con un saldo bastante positivo a la escuela Guerrero Pijao, quien arrasó con la mayoría de los combates que disputó, mostrando que la actividad deportiva por competencia repercute directamente en el nivel de los alumnos. El evento contó con la participación de diversas escuelas, y tuvo como finalidad la invitación a hacer parte del ámbito competitivo a aquellas instituciones que enseñan este arte marcial a modo de recreación, además, plantear la idea de un proyecto de construcción de una sociedad de hapkido de competencia a nivel nacional.
Sandra Riveros, madre de tres niños, los cuales entrenan en la escuela Guerrero Pijao, comenta: “Son encuentros entre varios alumnos de la escuela, que se reúnen para mostrar sus avances. Cada niño, realiza combates de acuerdo a su categoría y edad”.
Juan y Felipe, son dos jóvenes practicantes de este arte marcial, los cuales aseguran que el deporte les ayuda a formarse con disciplina y a controlar los
sentimientos – enseñanza muy práctica para la vida-. A su vez, indican que aquel evento del 25 de agosto fue una gran oportunidad de integrarse con otros niños y esperan que ese tipo de situaciones se repitan con regularidad.
Guerrero Pijao pretende como escuela deportiva cambiar la perspectiva que se tiene con respecto a éste lugar de la ciudad, el cual ha sufrido de una estigmatización que no merece del todo. A falta de escenarios deportivos en Ibagué, resulta demasiado prudente el hecho de que se puedan recuperar para el deporte espacios que casi son arrebatados por actividades que poco o nada tienen que ver con el fin inicial para el que fueron creados.
-Lina Méndez, quien realiza ejercicios físicos con regularidad en horas de la noche
en el parque Centenario comenta: “Este parque es un espacio adecuado para la
realización de actividades deportivas y es muy placentero ver a niños tan
pequeños emocionados con el deporte. La gente que no viene a hacer deporte, al
observar a los niños se aleja para no molestarlos, los respetan”.
La escuela Guerrero Pijao utiliza las instalaciones del Parque Centenario para el desarrollo de sus actividades deportivas a partir de las 7 de la noche hasta las 9.
Por ahora, la mayoría de sus alumnos se encuentran con cinturones blancos, amarillos y azules (las categorías de principiantes dentro del hapkido), pero la idea es que conforme sigan el proceso deportivo los alumnos puedan obtener cinturones negros que les acreditan con el título de “dragones”.
La principal motivación de la escuela es fomentar la competitividad del arte marcial y en caso de una eventual aceptación del hapkido como deporte olímpico, sean muy probables las posibilidades de obtención de logros deportivos, y por qué no, medallas olímpicas.
Actualmente el hapkido no es reconocido como deporte olímpico, pero lleva algún tiempo siendo caso de estudio por el Comité Olímpico Internacional.
Realizado por: Jonathan Hernández Parra. Estudiante Programa Comunicación Social y Periodismo. Universidad de Ibagué.